¿Por qué algunas personas son capaces de combatir la gripe mejor que otras?

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Un estudio hecho en Estados Unidos responde parcialmente la pregunta de por qué algunas personas son capaces de combatir la gripe mejor que otras, al relacionar la primera cepa de gripe, con la que nos contagiamos en la infancia, con el grado de inmunidad obtenida.

La influenza sigue siendo un asesino importante. Como resultado, durante las últimas dos temporadas de gripe, 2017 y 2018, unas 80 000 personas murieron en los Estados Unidos.

Este virus posee dos subtipos, H3N2 y H1N1, que han sido responsables de los brotes estacionales en las últimas décadas. En el caso de H3N2, causa la mayoría de los casos graves en grupos de alto riesgo, como tercera y cuarta edad, así como la mayoría de las muertes por gripe. Mientras tanto, la cepa H1N1 tiene más probabilidades de afectar a adultos jóvenes y de mediana edad, con una menor mortalidad.

Una investigación del 2016 encontró que la exposición a los virus de la influenza durante la infancia brinda a los afectados una protección parcial permanente contra aquellos virus gripales relacionados de forma distante. Esta respuesta inmunológica futura frente a la exposición previa al virus de la gripe fue denominada «impronta inmunológica».

Capacidad de combatir la gripe

En un reciente estudio, científicos de UCLA y Arizona analizaron si la impronta inmunológica podría explicar las discrepancias observadas en la gravedad de la gripe estacional entre personas de diferentes grupos etarios, frente a las mismas cepas que ya circulaban en la población humana. Sus hallazgos fueron publicados en la revista PLoS Pathogens.

Para rastrear cómo las diferentes cepas del virus de la gripe afectan a personas de diferentes edades, el equipo analizó los registros de salud que el Departamento de Servicios de Salud de Arizona obtiene de fuentes públicas y privadas.

Los datos indicaron que las personas expuestas por primera vez a la cepa H1N1 durante la infancia tenían menos probabilidades de requerir hospitalización si posteriormente tenían contacto con este mismo virus. Esto es en comparación con aquellas personas que se expusieron por primera vez al H3N2. Por otro lado, las personas expuestas de manera primaria al H3N2 recibían una protección adicional contra el H3N2 al contagiarse nuevamente con esta cepa.

Por otro lado, el equipo analizó las relaciones evolutivas entre las cepas de gripe, donde descubrieron que H1N1 y H3N2 pertenecen a dos ramas separadas en el «árbol genealógico» de la influenza, dijo James Lloyd-Smith, profesor de la UCLA y uno de los autores principales del estudio. 

Inmunidad y secuencia de infección

El equipo observó que la capacidad de los pacientes para combatir el virus de la gripe está determinada, aparte de los subtipos de gripe que han tenido a lo largo de sus vidas, por el orden en el que los virus los han infectado. 

Si bien la infección con uno de los virus de la gripe ayuda a que el sistema inmunitario esté mejor preparado para combatir una infección posterior por otra cepa, la protección es mucho mayor cuando uno está expuesto a cepas del mismo grupo que el cuerpo ha combatido anteriormente.

Por lo tanto: «El segundo subtipo al que está expuesto no es capaz de crear una respuesta inmune que sea tan protectora y duradera como la primera», dijo Michael Worobey, de la universidad de Arizona.

«Nuestro sistema inmunitario a menudo lucha por reconocer y por defenderse de las cepas estrechamente relacionadas con la gripe estacional, a pesar de que estas son esencialmente las hermanas y hermanos genéticos de las cepas que circularon hace solo unos años», dijo la autora principal Katelyn Gostic. «Esto es desconcertante, porque nuestra investigación sobre la gripe aviar muestra que en lo profundo de nuestra memoria inmune, tenemos cierta capacidad de reconocer y de defendernos de los primos genéticos en tercera línea de las cepas a las que nos expusimos de niños», agrega.

Utilidad del estudio

Esta investigación brinda una explicación a una pregunta mantenida sin respuesta por décadas, de por qué algunas personas son capaces de combatir la gripe mejor que otras. Estos hallazgos podrían servir para elaborar estrategias para minimizar los efectos de la gripe estacional.

Por otro lado, ayudaría a predecir qué grupos etarios estarían más afectados durante las temporadas de gripe, según el subtipo que circule en la comunidad. Del mismo modo, podría servir para que el personal sanitario elabore respuestas sobre quienes deben recibir ciertas vacunas y llegar incluso a desarrollar una universal contra la influenza.


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