Leche cruda es resistente a los antibióticos

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Un análisis realizado en muestras lácteas de los Estados Unidos estudió el tipo y la carga bacteriana. Sus hallazgos indican que la leche cruda contiene bacterias resistentes a los antibióticos, las que aumentan en número cuando se dejan a temperatura ambiente. En cambio, encontraron un escaso número de probióticos.

Mitos

El proceso de la pasteurización se emplea para matar a cualquier bacteria presente en los alimentos, como es el caso de la leche, antes de que las personas la consuman.

Pero, en los últimos años, muchos consumidores han comenzado a interesarse por la ingesta de la leche cruda o no pasteurizada. Argumentan que este producto posee un valor nutricional superior y beneficios para el sistema inmunológico. Muchos defensores afirman que la leche cruda contiene grandes recuentos de bacterias beneficiosas, productoras de ácido láctico, que pueden mejorar la digestión. De hecho, muchos suplementos probióticos contienen dichos bacilos acidificantes.

Dadas estas publicidades, la ingesta de leche cruda se ha puesto de moda. Las estimaciones indican que alrededor del 3 % de la población estadounidense consume leche cruda. 

Por el contrario, científicos y médicos advierten sobre el riesgo potencial de infección bacteriana por beber leche cruda. Según datos aportados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la leche no pasteurizada causó 979 casos de enfermedad entre los años 2007 y 2012.

Pese a estas advertencias, la leche cruda está disponible para la venta en 30 estados de EE. UU.; además, su demanda está en aumento.

Dentro de las graves amenazas a la salud pública, la resistencia a los antibióticos es una de ellas. Esto se debe a que estos genes pueden transferirse entre bacterias, lo que lleva a la propagación de la resistencia.

Según los CDC, más de 2,8 millones de infecciones resistentes a los antibióticos ocurren cada año en los Estados Unidos, lo que resulta en más de 35 000 muertes.

En un estudio realizado por investigadores de la universidad de California, Davis, se analizó el contenido bacteriano de más de 2000 muestras de leche adquiridas en los Estados Unidos. Este muestreo incluyó a la leche cruda. Las muestras se recolectaron en cinco estados: California, Idaho, Arizona, Carolina del Sur y Maine.

Además, estudiaron leches pasteurizadas que los fabricantes habían esterilizado de diferentes maneras, como la pasteurización a alta temperatura y corto tiempo (HTST), que es el método más común en los EE. UU., y la ultrapasteurización (UHT), que proporciona una larga vida útil.

También recolectaron muestras de leche no pasteurizada (cruda). Las almacenaron a la temperatura del refrigerador (4 °C) y ambiente (23 °C) durante un máximo de 24 horas. Durante este tiempo, analizaron los tipos de bacterias que se desarrollaron dentro.

Descubrieron que la leche no pasteurizada contiene un mayor número de bacterias, en comparación con las pasteurizadas. Además, los hallazgos indicaron que la leche cruda contiene bacterias resistentes a los antibióticos.

Por lo tanto, estos hallazgos, publicados en la revista Microbiome, sugieren que la leche cruda podría conducir a la propagación de la resistencia a los antibióticos, especialmente si el producto no se enfría adecuadamente. Esto se debe a que cuando se almacena a temperatura ambiente, el número de estos microorganismos aumenta notablemente. Por lo tanto, los investigadores advierten sobre el elevado riesgo de la leche cruda si las personas no la almacenan a la temperatura adecuada. 

Esta mayor cantidad de bacterias, principalmente pertenecientes a la familia Pseudomonadaceae, como la Pseudomonas aeruginosa, pueden causar graves enfermedades en humanos.

«Nuestro estudio muestra que, con cualquier abuso de temperatura en la leche cruda, ya sea intencional o no, se pueden desarrollar estas bacterias con genes de resistencia a los antimicrobianos», dice la coautora Michele Jay-Russell, microbióloga investigadora y gerente del Centro de Alimentos de UC Davis Western Center.

Además, el estudio encontró que la leche cruda contiene bacterias beneficiosas en cantidades limitadas.

Leche agria y sus riesgos

También advierten sobre la leche agria, un producto lácteo fermentado que implica dejar la leche cruda a temperatura ambiente de 1 a 5 días. El hecho de ingerir este tipo de lácteos podría resultar en una mayor ingesta de genes resistentes a los antimicrobianos. Como manifiesta Jay-Russell: «Podría estar inundando el tracto gastrointestinal con estos genes».

Puesto que existe un número no despreciable de personas que ingieren leche cruda, el equipo recomienda que la almacenen en el refrigerador. Esto lo expresa así el autor principal Jinxin Liu: «No queremos asustar a la gente; queremos educarlos. Si desea seguir bebiendo leche cruda, guárdela en su refrigerador para minimizar el riesgo de desarrollar bacterias con genes resistentes a los antibióticos».